Volar ha sido un sueño de la humanidad durante siglos. Escribe un resumen de la historia de Ícaro.
DÉDALO, ÍCARO Y EL MINOTAURO
Había una vez hace mucho mucho tiempo un monstruo mitad toro, mitad hombre al que llamaban
Minotauro. El Minotauro vivía en la
isla de Creta y el rey Minos quería proteger a todos sus ciudadanos del
apetito voraz
de este Minotauro que se comía a todo aquél que se encontraba en el
camino. Como no podían matar al Minotauro, el rey Minos decidió
encerrarlo en un lugar del que nunca pudiera salir.
Así que Minos llamó al mejor inventor de la isla de Creta, un tal
Dédalo y le pidió que construyese un laberinto tan complicado que el
Minotauro nunca pudiera salir de él. Y Dédalo se puso a construir junto a su hijo
Ícaro el laberinto para el Minotauro. Padre e hijo hicieron bien su trabajo,
se esforzaron
por construir callejuelas en el laberinto hasta que lo convirtieron en
un laberinto sin salida. Y cuando terminaron el laberinto...
- ¿Papá, y ahora cómo vamos a salir del laberinto?- preguntó
Ícaro.
Dédalo se puso entonces a buscar la salida de ese laberinto que él mismo había creado, pero no la encontró. Desde luego el
Minotauro
no iba a salir de allí jamás, pero el problema era cómo iban a salir
ellos. El problema era grande, pero no tanto como para que el
ingenioso Dédalo no pudiera resolverlo. Fabricó unas alas de cera para él y otras para su hijo.
- Saldremos volando con estas alas que he fabricado- dijo
Dédalo -pero ten cuidado y no te acerques mucho al sol porque las alas podrían derretirse.
Así consiguieron salir del laberinto sin salida que habían preparado para encerrar al
Minotauro. El plan era perfecto, pero
Ícaro no era precisamente
un hijo obediente
y cuando ganó confianza volando con sus alas de cera quiso acercarse
más y más al sol. Con el calor del sol las alas de Ícaro se derritieron y
cayó al mar, donde inmediatamente y para evitar que se ahogara, surgió
una isla que hoy se llama
Icaria.